Formación en el ámbito de la Construcción de Paz
Las actividades de construcción de la paz son muy variadas y pueden abarcar, entre otros aspectos, el desarme de las partes anteriormente en conflicto y el restablecimiento del orden; la custodia y posible destrucción de armas; el regreso de refugiados; el apoyo en materia de preparación y entrenamiento de las fuerzas y los cuerpos de seguridad del estado; la observación internacional de elecciones; la adopción de medidas para proteger los derechos humanos; la reforma o el fortalecimiento de instituciones gubernamentales; la lucha contra la corrupción, y la promoción de procesos democráticos de participación política.
Operaciones de Paz Multilaterales
According to the most recent data published by the Stockholm International Peace Research Institute («Trends in multilateral peace operations» – May 2017), various multilateral actors—the UN, regional organizations and alliances, and ad hoc coalitions of states—conducted 62 peace operations in 2016. This is one fewer than in 2015. The UN led 22 operations (16 Peacekeeping Operations and 6 Special Political Missions that qualify as peace operations according to SIPRI’s definition), regional organizations and alliances led 31, and non-standing coalitions of states led 9. (More details on each operation can be found in SIPRI’s website.)
Altogether, the 62 peace operations that were active in 2016 deployed 153,056 personnel. Of these, 106,234 (69 per cent) were deployed by the UN, 43,646 (29 per cent) were deployed by regional organizations and 3,176 (2 per cent) were deployed in ad hoc operations.
Necesidad de la formación en Construcción de Paz
Si se considera que aproximadamente la mitad de países que salen de una guerra vuelven a caer en la violencia en menos de cinco años, que algunos de los episodios más dramáticos de las últimas décadas se han producido después de negociaciones de paz, como en el caso de Angola o de Ruanda, y que hoy Naciones Unidas tiene el número más alto de misiones sobre el terreno de toda su historia, resulta evidente que es cada vez más necesario favorecer la formación en nuevas estrategias para prevenir conflictos y mantener y consolidar la paz en zonas posconflicto o con riesgo de caer en un conflicto.
El análisis de los conflictos, de sus causas y de los agentes implicados es importante para planificar una intervención minimizando los impactos negativos y tratando de maximizar los impactos positivos. Para garantizar la sostenibilidad de los procesos, es imprescindible implicar a la población local en el proyecto y diseñar una estrategia de salida que prevea la continuidad del proyecto cuando se agoten los fondos.
Las actividades de consolidación de la paz son muy variadas y pueden abarcar, entre otros aspectos, el desarme de las partes anteriormente en conflicto y el restablecimiento del orden; la custodia y posible destrucción de armas; el regreso de refugiados; el apoyo en materia de preparación y entrenamiento de las fuerzas y los cuerpos de seguridad del estado; la observación internacional de elecciones; la adopción de medidas para proteger los derechos humanos; la reforma o el fortalecimiento de instituciones gubernamentales; la lucha contra la corrupción, y la promoción de procesos democráticos de participación política.
Ante el gran número de áreas de aplicación dentro de la reconstrucción posconflicto y la prevención de conflictos y teniendo en cuenta que son cientos de miles las personas que trabajan sobre el terreno en el mundo para afrontar estos retos, la necesidad de formar al personal que se enfrenta a estas tareas es más evidente que nunca. Así pues, la formación es una herramienta imprescindible que, sumada a otras, como la creación de unidades de despliegue rápido de expertos civiles, puede contribuir de forma muy positiva a la estabilización de países frágiles y dar apoyo a los gobiernos y ciudadanos de los países afectados.